El otro día estaba viendo el episodio de ""The Bachelor"" cuando una de sus concursantes, Ali, salió del programa para no perder su trabajo. Ella era una de las cuatro mujeres que seguían en la búsqueda del verdadero amor con el soltero de oro, Jake. Cuando faltaba poco tiempo para que acabara el programa, me pregunté si ella hizo la decisión correcta.
Unas de mis amigas estaba de acuerdo con que Ali hizo la mejor decisión. Con el amor, especialmente en un programa así, nunca puedes estar segura de que la relación vaya a durar. En esta situación, ella estaba arriesgando su trabajo por un hombre que aparentemente está enamorado de cuatro mujeres. Antes de que saliera, Ali le pidió al soltero una indicación de si se debía quedar o no. Sin embargo, él no podía asegurarle que él fuera a elegirla a ella, pero aún así insistió en que se quedara.
Desafortunadamente, si decidía quedarse, ella podría perder todo; el trabajo y el amor.
Algunas de mis amigas opinan lo opuesto. Piensan que alguien que está en un programa para encontrar el amor debe estar dispuesto a todo. Es obvio que Ali quiere encontrar el amor y que lo necesita. Está dispuesta a recibir la ayuda de un programa como este. Entonces, ¿por qué dejarlo ahora cuando el fin del túnel está tan cerca?
Creo que nuestra sociedad nos hace creer que nuestra profesión y nuestro ingreso económico es el pilar de nuestra felicidad. Es evidente en todas las películas, canciones y en las vidas de los famosos. Queremos la capacidad de comprar todo lo que queramos y solo si tenemos el trabajo ideal, podremos. Es decepcionante cuando acabas de conocer a una persona y la primera pregunta que te hace es a que te dedicas o en que quieres trabajar.
Hasta en las universidades estamos compitiendo entre nosotros por los trabajos con el mejor salario. Pensamos que si no encontramos un buen trabajo después de cuatro años en la universidad, nuestras familias van a estar decepcionadas. Además a la gente le gusta presumir de su nuevo trabajo.
Es obvio que Ali no tuvo una decisión fácil. Teniendo un trabajo significativo y con un propósito, este te puede dar una cierta felicidad. Sin embargo, el trabajo nunca te dará la felicidad en todos los aspectos de la vida como una persona que te ama. El trabajo es temporal mientras que el verdadero amor es un sentimiento permanente. Opino que nada puede reemplazar la felicidad que nos da el verdadero amor.
¿Crees que Andrea ha tomado demasiado chocolate por San Valentín y que Cupido le ha mandado una señal? ¿Crees que el trabajo debe ser el primer objetivo en nuestras vidas? Cuéntale tus opiniones enviándole un e-mail a parins@wisc.edu